La presente entrada es una breve reseña del artículo original titulado ‘Effects of hamstring-emphasized neuromuscular training on strength and sprinting mechanics in football players’ de Mendiguchia, Martinez-Ruiz, et al. (2014) recientemente publicado en Scand J Med Sci Sports. Link aquí.

Las roturas fibrilares de la musculatura isquiotibial son las lesiones más frecuentes en el fútbol (Mendiguchia et al., 2013) y la mayoría de las mismas ocurren mientras los / las jugadores / as corren o hacen un sprint. En el sprint, durante la fase de apoyo, los músculos extensores de la cadera (donde se incluyen los isquiotibiales) tienen un papel crucial en la producción de fuerza horizontal para impulsar el cuerpo adelante. En este sentido, recientemente se ha demostrado que la fuerza y ​​la potencia horizontal máxima teóricas muestran un deterioro significativo en el return-to-play (retorno al deporte) de jugadores de fútbol que han sufrido una lesión en la musculatura isquiotibial ( Mendiguchia, Samozino, et al., 2014). Mendiguchia, Martinez-Ruiz, et al. (2014) proponen una novedosa y ecológica, integración de los ejercicios orientados a la prevención de lesiones isquiotibiales con el entrenamiento dirigido a la mejora específica del sprint (ej. Capacidad de aceleración). Los efectos de un programa de entrenamiento neuromuscular de 7 semanas sobre la fuerza de los extensores / flexores de la rodilla, el rendimiento y las propiedades mecánicas horizontales del sprint se examinaron durante el estudio. El programa de entrenamiento se basaba en ejercicios específicos sobre el terreno de juego, combinando ejercicios de fuerza excéntrica de la musculatura isiquiotibial, pliometría de orientación horizontal y series de sprint, además del entrenamiento de fútbol.
Los métodos del estudio se resumen en la Figura 1. El programa de entrenamiento neuromuscular consistió en ejercicios excéntricos (ej. nordic hamstring, peso muerto, elevaciones de cadera, paso profundo, etc.) ejercicios pliométricos (ej. Saltos horizontales , saltos de vallas, drop jumps [Figura 2], etc.) y ejercicios de aceleración (ej. sprint de 5-10-15 m, aceleraciones contra pared, sprint 5-10 m con arrastres, etc.) (para más información sobre los ejercicios incluidos en el programa de entrenamiento neuromuscular clicar aqui ).

Figura 1. Metodología del estudio.

Los resultados mostraron que el grupo experimental (EG) presentaba ligeros aumentos de la fuerza concéntrica del quàdiceps (SE = 12:38 / doce y cincuenta y ocho), un incremento de moderado a grande de la fuerza concéntrica (SE = 0.70 / 0.74) y excéntrica (SE = 0.66 / 0.87) de los isquiotibiales, y una ligera mejora en el sprint sobre 5 metros (SE = 12:32). Por el contrario, el grupo control (CG) presentaba menores magnitudes de cambio en la fuerza concéntrica del cuádriceps (SE = 12:04 / 12:29a.m.) y los isquiotibiales (SE = 12:27a.m. / 12:34a.m.), y ningún tipo de incremento de la fuerza excéntrica de los isquiotibiales (SE = -0.02 / 12:11). Por lo tanto, en contraste con el CG (SE = -0,27 / 0,14), el EG mostró un aumento de la ratio funcional de fuerza isquiotibiales / cuádriceps (SE = 0,32 / 0,75). Además, el CG mostró leves deterioros en la capacidad de sprint (rendimiento) (SE = -0,35 / -0,11).

Figure 2. Ejemplo de uno de los ejercicios incluidos en el programa de entrenamiento neuromuscular: lateral single-leg drop jump from 40 cm to horizontal single leg jump.

Los resultados expuestos por Mendiguchia, Martinez-Ruiz, et al., (2014), muestran que un programa de 7 semanas de entrenamiento neuromuscular, incidiendo sobre la musculatura isquiotibial, en combinación con el entrenamiento de fútbol, ​​parece ser más efectivo para la mejora de la fuerza concéntrica y, especialmente excéntrica, de la musculatura isquiotibial que el entrenamiento de fútbol por sí solo. Además, mayores ganancias relativos de fuerza de los isquiotibiales (respecto a los cuádriceps) mejoran el ratio funcional de fuerza, lo que puede ser ventajosa para la prevención y / o rehabilitación de lesiones isquiotibiales. En el EG, la capacidad de sprint se mantuvo, con leves mejoras sobre 5 metros, mientras que el CG mostró pérdidas en la mayoría de los parámetros de sprint analizados.
Estos resultados indican que la implantación de forma ecológica, en un contexto de entrenamiento real, de un programa de entrenamiento neuromuscular, puede inducir mejoras en la fuerza de la musculatura isquiotibial y ayudar a mantener la capacidad de sprint, lo que podría ayudar en la prevención de las lesiones de isquiotibiales en jugadores / as de fútbol. Sin duda, el estudio citado (Mendiguchia, Martinez-Ruiz, et al., 2014) aporta nuevos conocimientos tanto sobre el rendimiento en el sprint (especialmente sobre la capacidad de aceleración) como en la prevención de lesiones de la musculatura isquiotibial en jugadores de fútbol.

Referéncias:

• Mendiguchia, J., Arcos, A. L., Garrues, M. A., Myer, G. D., Yanci, J., & Idoate, F. (2013). The use of MRI to evaluate posterior thigh muscle activity and damage during nordic hamstring exercise. J Strength Cond Res, 27(12), 3426-3435. doi: 10.1519/JSC.0b013e31828fd3e7.
• Mendiguchia, J., Martinez-Ruiz, E., Morin, J. B., Samozino, P., Edouard, P., Alcaraz, P. E., . . . Mendez-Villanueva, A. (2014). Effects of hamstring-emphasized neuromuscular training on strength and sprinting mechanics in football players. Scand J Med Sci Sports. doi: 10.1111/sms.12388.
• Mendiguchia, J., Samozino, P., Martinez-Ruiz, E., Brughelli, M., Schmikli, S., Morin, J. B., & Mendez-Villanueva, A. (2014). Progression of mechanical properties during on-field sprint running after returning to sports from a hamstring muscle injury in soccer players. Int J Sports Med, 35(8), 690-695. doi: 10.1055/s-0033-1363192.